El conocido como 'timo del butano' es una de las estafas que no desaparecen. Cada cierto tiempo vuelve a producirse una oleada de casos en la ciudad.
El procedimiento que utilizan los timadores es muy sencillo. Acuden a domicilios, que previamente han vigilado, en los que habita gente de avanzada edad. Una vez allí muestran una identificación que los acredita como instaladores y entran en las casas. Mientras proceden a revisar la instalación del gas simulan la existencia de deficiencias graves en la misma, o bien provocan averías. De esta forma, asustan a los propietarios y fingen realizar una reparación muy necesaria, que de no hacerse podría provocar explosiones, fugas de gas o cualquier tipo de accidente de grandes dimensiones. Finalmente, tratan de cobrar unas facturas astronómicas.
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